14 de agosto de 2016

Ya no...

Y todo se reduce al ya no.

Ya no debo hablarte,
ya no debo escribirte,
ya no debo...

Deber... hacer...
Encrucijadas diarias.

¿Te extraño? Sí
¿Te olvido...? Lo intento.
Me obligo.

Eso del saber qué debo hacer.
Eso del saber qué está bien.
Eso del saber que va a doler.
Eso del saber pero no querer.

O querer demasiado.

Ya no debo hablarte.
Ya no debo escribirte.
Ya no debo...
Ya no debo quererte.

Aunque aún insista
en luchar contra lo que no puede ser;
aunque mi corazón dé revancha más de una vez;
aunque sepa que sí, pero quiera que sea no.

Ya no debo... tantas cosas.
Pero aquí estoy
una vez más
con el corazón abierto,
inocente y descubierto,
luchando por un no
que quiere que sea sí.