29 de junio de 2012

No puedo decirte


Te extraño.
Sí, claro.
Pero se me hace imposible decírtelo.
Hacértelo saber.

¿Por temor?
Sí, seguramente.
Porque temo que pienses lo que no es,
por miedo a que lo sepas.

Te extraño.
Tengo ganas de decirte tanto,
de contarte cosas,
importantes y de las otras.

De hablar de la nada,
de hablar de todo.

De decirte que estoy,
aunque sea de esta forma indefinida,
desde mi lugar de cortesía,
de mis palabras no dichas...
pero con mi mirada expresiva.

Pero nada de esto puedo decirte.
No me obligues.
No sé cómo, no sé por qué.
Sí, callaré... y nada diré.

Espero entiendas.
Espero escuches lo que te dicen mis ojos,
espero que, aunque sea sin palabras,
te quedes,
y no te alejes de mi lado.
Tal vez termina siendo más fácil
decirlo así.