4 de octubre de 2009

Ese día


Vivir el mejor día de todos. Haber conocido a alguien. Haber reído por horas. Haber podido dejar todo lo triste atrás. Haber sido feliz.
Terminar ese día y recordarlo por el resto de tu vida.

Con el paso del tiempo, con el paso de los años, de los meses, de los días: empezar a pensar si realmente sucedió.

No hay muestras de ello, al menos no físicas. Fue una persona que no volví a ver jamás. Cada vez que se recuerda parece cada vez más un holograma de la propia memoria. ¿Por qué pudo haber sido? ¿Fue?

Pero sí tuvo que haber sido. No puede ser de otra forma. Si no... si no fue, todo desfallece... con el solo pensar de un tal vez no, de un quizá no sucedió... todo muere...

La alegría con la que viví este último tiempo. La fuerzas para continuar. La necesidad de seguir adelante.
Todo desvanece.

Pero sí sucedió... Sí fue.
Aunque no estuviera más que yo allí. Aunque no estuviera más que él... quién sabe quién era él.
Ya ni el recuerdo me trae su rostro, ni su nombre.
Pero de todos modos, ni importa...
Porque no es quién es él, quién fue. No es por él. Es quien fui yo con él, ese día. Cómo fue esa risa, cómo fue esa alegría. Esa felicidad vivida.

Esa yo, ese quién fui ese día es lo que me ayuda a seguir...
porque voy a volver a serlo... pude y puedo ser esa.

27 de agosto de 2009

Hasta que dejó de ser así


Porque entenderse nunca fue fácil.
Creíamos hablar el mismo idioma.
Creíamos decir las mismas palabras:
todas terminaban en un TE QUIERO.

Pero no era así,
el tiempo pasó y demostró
que el afecto sí existía,
pero no había más que eso.

Ya nada nos unía.
Cómo mantener el cariño.
No coincidíamos,
cada vez eran más los desencuentros,
nos alejábamos.

Tu ibas con tus metas y tras ellas,
yo hacía lo mismo con las mías.
Sentía que te quería,
sabía que no podíamos...

no podíamos estar más juntos de lo que estábamos,
no podíamos entendernos, no podríamos entendernos,
no había más pasos hacia adelante, excepto uno:

dejarnos ir,
abandonar la lucha,
entender que no podíamos seguir,
entender que ya no.

Te quería, te quiero.
Eso no se niega;
no lo negamos.
Pero falta más que eso,
falta tanto...
creía haberlo encontrado,
sé que no.

Mañana será todo más claro,
miraré para atrás y tu sonrisa estara,
y la mía también,
porque eso hiciste en mí,
porque me hacías feliz,
hasta que dejó de ser así...

Amiga, estas palabras son para tí,
para que tal vez te puedas sentir un poquito mejor.
Beso grande!

17 de agosto de 2009

Las lágrimas tampoco están


Pensar que ya no es lo mismo que antes
que el tiempo ha pasado,
que tus besos se han borrado de mis labios,
que tu huella se ha borrado de mi cama.

Pensar que ya no tengo tus palabras para aconsejarme,
no tengo tu voz para escuchar su susurro a media noche,
pensar que ya no estás,
pero te extraño menos...

Tal vez es hora de que no te extrañe,
pero algo de ti todavía queda dentro mío.
Sería tan fácil si hubieras desaparecido como si nada,
¿sería?

Pensar que, al menos, te extraño menos.
Pensar que, al menos, recordarte duele menos.
Pensar que ya no estás
pero las lágrimas tampoco están.

Tiempo atrás estuviste acá, dentro mío.
Tiempo atrás, eras mío.
Pensar en ese tiempo ya no duele dentro,
ya casi no estás dentro mio.


6 de agosto de 2009

Te fuiste


Y resulta que te fuiste,
sin despedirte,
sin más,
te fuiste.

No es que pensara que no lo ibas a hacer,
no es que alguna vez te lo cuestionara,
es que te fuiste
y no te despediste.

No sé si hubiera sido mejor,
si fue para mejor.
No sé si hubiera sido peor,
si fue para peor.

Hoy sé que no estás
que, probablemente, te voy a extrañar
aunque ya no estabas,
desde hacía tiempo ya.

Tu lo terminaste,
abandonaste el camino,
pudiste seguir ahí,
te dejaste vencer.

Hoy no me queda más que una despedida
sin adiós,
porque no vas a escuchar estas palabras,
por más que te pertenecen,
porque no van a ser tuyas
por más que lo sean,

porque ya no estás,
decidiste no estar,
y no te lo impedí,
no podía hacerlo.

Y simplemente te fuiste.

Adiós desde acá,
desde lo que dejaste,
desde este lugar donde,
aún de alguna forma,
vivís.

Una Despedida sin Adiós
Hasta algún día...

24 de enero de 2009

Ese momento llegue

Pensarte hoy...
No es como hace un tiempo atrás.
No es como alguna vez.
Es como nunca.

Pensarte una vez más...
y recordar tus ojos mirándome,
tus labios hablándome,
el tono de tu voz al susurrarme al oído.

Recordarte en imágenes algo borroneadas hoy,
producto del tiempo pasado.
Recordarte en palabras que aun retumban en mis adentros,
ya con voz cada vez más baja.
Recordarte una vez más
y tenerte conmigo por un ratito más...

Hasta que duela demasiado
hasta entender que no debo recordarte más
hasta entender... que NO.

Y cuando ese momento llegue
me habré despedido sin más.
Las imágenes se habrán borrado.
Tus palabras ya no tendrán volumen en mis adentros.
Ya no te tendré conmigo nunca más.

Hoy no lo veo así...
Pero tal vez, solo tal vez, algún día ese momento llegue...

9 de enero de 2009

Mientras... callaré

Sos vos el que quiero
Y no puedo ni decírtelo.
Te miro y no puedo hacer más que callar... porque no puedo hablar, no mereces que te lo diga.
Pienso una y otra vez en que pasaría si estas palabras salieran de mi boca... sé que las escucharías, sé que me escuchás. Pero no sería justo para tí. No ahora. Pero cuándo?

Hoy no vas a poder decirme nada. Hoy no sería más que un enriedo para tí, una decisión que no sabrías tomar... porque de ser así, ya la habrías tomado. Y no puedo seguir diciéndote que la tomes. No puedo seguir diciéndote qué hacer... no puedo ser más esa amiga... NO PUEDO

Quiero serlo... pero la realidad es que hoy ya no puedo mirarte con los mismos ojos, ya no puedo, ya no te veo así... pero te sigo mirando.

Te extraño y te pienso mucho más que lo que lo hice alguna vez... hasta el punto que casi empieza a doler no poder expresarte esto que siento...

Y me quedo pensando en los "if" de si te digo todo esto.

Pero mientras... callaré...